MIREN EDURNE GOICOECHEA SAN ROMÁN

Se dio un proceso de acercamiento a las cárceles de Zaballa (Álava) y Pamplona. Más tarde se les concedió el tercer grado y Edurne expresa que cada pequeño paso era una “alegría”, ver “luz al final del túnel”. Explica que, con el tercer grado, coincidió el tiempo del COVID y les pusieron antes la pulsera. Lo importante para ellos era verlos en el pueblo, aunque sabían que el caso no había terminado.