MIREN EDURNE GOICOECHEA SAN ROMÁN

Tras la celebración del juicio se abrió una segunda fase en el proceso. El sábado anterior al juicio se celebró una de las grandes manifestaciones en Pamplona. El domingo fue a Madrid porque tenía una charla y así llegaban antes del juicio. Justo aquel domingo a su marido, Alfredo, le entregaban los restos de su abuelo fusilado en una sima. Veía el juicio como una nube muy negra, porque no se admitían varios testigos y pruebas. Explica cómo fue el momento del juicio, en el que los padres y madres jamás se sintieron solos. Escuchar el juicio fue devastador para Edurne, porque para ella parecía una broma. Le contaron que, cuando emitían el juicio, las calles de Alsasua se quedaban vacías porque todo el mundo estaba viéndolo, y que al final de cada día que duró el juicio, la plataforma hacía un resumen y un escrito y la gente se juntaba enfrente del Ayuntamiento para escucharlo. El juicio duró más de dos semanas. Expresa que en el juicio escuchaban muchos sinsentidos. Del juicio se queda con la imagen del beso y el abrazo de Bel Pozueta a su hijo. Fue un proceso lleno de sentimientos y tensión.