IÑAKI ABAD OLEA
La comunicación con las personas de fuera de la cárcel era muy limitada, solo podían hacer 8 llamadas semanales de 5 minutos y las cartas estaban intervenidas, podían enviar dos cartas por semana y enviarlas los martes. Los funcionarios les recomendaban que les dieran los sobres sin cerrar porque intervenían y sellaban las cartas. Desde que escribía una carta hasta que llegaba a la persona destinataria podía pasar cerca de mes y medio, al igual que para recibirlas. Recuerda que cuando llevaban dos días en la cárcel le llegó un telegrama con una frase que le envió su cuadrilla que fue muy emocionante para Iñaki. Cada telegrama costaba cerca de 12 euros.