Aquella misma noche, el 15 de octubre, todo cambió para Iñaki. Esa noche salió de trabajar del bar Haritza sobre las 4 de la madrugada y se acercó al bar Koxka al ver que fuera del bar había un coche de la Policía Foral. Cuenta que percibió movimientos raros por parte de los agentes policiales y sacó su móvil para grabar lo que estaba sucediendo. Tenía el presentimiento de que ese vídeo podía ser importante y lo guardó muy bien sin compartirlo con nadie más. Iñaki no sabía lo que le depararía el futuro, pero ver la actitud de la Guardia Civil y el hecho de que en el vídeo se viera cómo un agente se acerca a él y le tira el móvil al suelo, en un primer momento, le hizo guardar el vídeo pensando en la Ley Mordaza. En el momento que se acercó al bar ya había dos detenidos.