Puntualiza que él nunca sustituyó a Jaime Montero, y es que Jaime defendía a uno de los acusados y José Luis a otros dos, anteriormente defendidos por unas compañeras de Pamplona. A continuación, José Luis contactó con estas familias y destaca que éstas son buena gente y menciona que todavía mantiene una relación afectiva con ellas. En el momento en que José Luis aceptó la defensa de Iñaki y Aratz éstos ya habían pasado por prisión y se encontraban en libertad provisional. Destaca que el uso de la prisión provisional, que cree que trató de ser ejemplarizantes, fue un absoluto «sinsentido» y algo atroz para los jóvenes. Ejemplifica que no existía ningún riesgo de fuga y, de manera contraria a los principios de la institución de la Prisión Provisional, nada más dictar sentencia se dictó un auto de detención y esto inmediatamente se convirtió en auto de prisión provisional. Destaca que la detención trato de dar ser un acto ejemplarizante, por la forma en la que tomaron policialmente Alsasua y porque no existía, destaca José Luis, riesgo de fuga. Explica la «alucinación» que le provocó ver cómo argumentaba el Ministerio Fiscal el riesgo de fuga y considera que la sentencia se dictó «a la ligera», teniendo en cuenta cuestiones como el error de cálculo de la condena que se dictó en el caso de Iñaki Abad.
04 Primera toma de contacto y desarrollo del caso
JOSÉ LUIS GALÁN MARTÍN